La experiencia es el idioma de la meditación

Nuestra mente racional lucha con los conceptos que parecen abstractos. Eso está bien porque nuestra mente racional se mueve en niveles superficiales (manas, asmitā, buddhi) y no puede captar esta experiencia. Es como si la obligáramos a hablar un idioma que ella desconoce.

¿Cuál es el idioma que habla nuestra mente más superficial? El idioma de lo correcto o incorrecto (argumentos, estructuras, asociaciones, comparaciones), el idioma de la imaginación y la memoria (ligada a los deseos, aversiones, proyecciones, identificaciones, rotulaciones, clasificaciones dentro de lo conocido/aprendido). Ese no es el idioma que habla nuestra mente expandida en estado de meditación.

Entonces, queda claro que “imaginar” no es meditar. Visualizar no es meditar. Todas esas técnicas (que no son más que actividades de nuestra mente ordinaria) pueden ayudarnos en un comienzo a salir del estado de agitación, de estrés o de inactividad mental, pero no son estados meditativos. Son pasos apenas iniciales para entrenar a nuestra mente.

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Si nos quedamos pegados a imaginar mundos virtuales probablemente vivamos un buen momento, como cuando vamos al cine y vemos una película. Pero ir al cine no es conectarnos con nuestro ser.

Tipos de meditación y propósitos

Tradicionalmente la práctica de la meditación nació con el único objetivo de trascender al sufrimiento. Existen tres grandes tipos de prácticas meditativas:
• Laukika: son prácticas que me ayudan a estar consciente y presente, enfocado en mi vida diaria.
• Cikitsāka: es la meditación que tiene el propósito de sanar.
• Vaidika: son prácticas a largo plazo que, en la mayoría de los casos, se pasan de una generación a otra y están ligadas al dharma personal, familiar, etc.

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Por su parte también existen diferentes propósitos, tales como:
– Arthārtha: se busca un objetivo o una cualidad determinada para evolucionar en nuestro trabajo, profesión, relaciones humanas, etc.
– Jñana: se busca traer claridad en algo confuso.
– Vairāgyatyagam: se busca aprender

Por Gabriela Binello autora de Yoga Personalizado