Terminar con la inseguridad en la Margen Sur

Los niveles de violencia y de transformación del delito se están disparando en Tierra del Fuego. Y uno de los lugares donde lamentablemente más se nota es en La Margen Sur.

Esta zona de la ciudad de Río Grande tiene que dejar de ser una fuente de miedo e inseguridad y para eso hay que trabajar con decisión. Del robo en ausencia domiciliaria se ha pasado casi sin escalas al robo a mano armada. Las peleas y casos de lesiones se han multiplicado y tanto el gobierno de la provincia como el municipal no parecen dimensionar debidamente el problema.

Para terminar con la violencia hay que identificar a los violentos y trabajar con decisión en todo lo relacionado con la contención social (asistencia sanitaria, educativa, recreativa y deportiva). Pero quedarse en la contención y la asistencia material y psicológica no alcanza.

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Creo que tenemos que ir hacia una provincia donde el que las hace las paga. No podemos consentir que el burlarse de la ley y el estado de derecho se transforme en una norma del mismo modo en que no podemos naturalizar la violencia.

Creo que hay que darle también especial importancia a la radicación de extranjeros que deben ser bienvenidos mientras se mantengan dentro de la ley y lleguen sin prontuario. Estoy 100% de acuerdo con la deportación automática para el que mata o roba.

De una vez por todas hay que animarse a ordenar la provincia desde la perspectiva de la seguridad ciudadana. El gobierno nacional cuenta con programas específicos que, de aplicarse sistemáticamente, ayudarían a cambiar drásticamente las cosas. La provincia necesita urgentemente una transformación de su modelo de seguridad y contar con mayor cooperación entre la policía local y las Fuerzas Federales. Esto es lo que está haciendo con éxito la ministra Bullrich además de trabajar por tener una justicia ágil que se preocupe mucho más por las víctimas que por la suerte de los victimarios. Los delincuentes tienen derechos y garantías, pero la ciudadanía también tiene derecho a tener seguridad. Es hora de terminar con el narcomenudeo, las puertas giratorias y esta idea de que sólo con ayuda social y el garantismo se termina con el delito.