Inteligencia artificial, entre oportunidades y barreras

@eduardo_wassi
La inteligencia artificial (IA) es una tendencia tecnológica que parece no tener techo: día a día aparecen avances en nuevas áreas de aplicación y capacidades. Lejos de se un concepto futurista, las empresas ya pueden obtener muchísimos beneficios de esta innovación: desde herramientas de robotic process automation (RPA, automatización robótica de procesos) hasta tableros de toma de decisión mediante modelos basados en big data, son numerosos los ámbitos en los que el retorno de inversión se visualiza de manera casi inmediata. El caso más representativo es el de los chatbots: asistentes de atención al cliente que aprenden con cada interacción y que mejoran su calidad de servicio de manera continua, además de que tienen una capacidad de respuesta más amplia y veloz.

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En Grupo Seidor, por ejemplo, estamos trabajando en un producto para control inteligente de flotas (autos, camiones, etc.) que, mediante la lectura de la computadora de a bordo, analiza el estado general del vehículo y crea, si corresponde, órdenes de mantenimiento.

En líneas generales, si bien IA se ha convertido en la verdadera estrella del mercado y hoy prácticamente no hay jugador importante del segmento de tecnología que no esté hablando de ella, existen todavía algunas barreras que desaceleran los niveles de adopción. Por ejemplo, en muchos casos el hardware que se necesita para realizar el input de información para alimentar los modelos suele exceder los presupuestos de las empresas de la región.

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Del mismo modo, no siempre están disponibles a nivel local los sensores y dispositivos que se necesitan para captar información directa de una máquina, vehículo o entorno. Sin embargo, ya hemos visto en el pasado que las barreras económicas y tecnológicas tienden a derribarse en el corto plazo: las soluciones tienden a democratizarse en términos de precios (un proceso que, desde la computación en la nube, es cada vez más veloz) y la disponibilidad suele globalizarse, también a buen ritmo.

Por eso, tal vez la principal barrera vigente sea la cultural: no son pocos los empresarios que desconocen el tema o que lo perciben como algo muy lejano.

Sin embargo, las oportunidades son tan importantes que dejar pasar el tren de la IA podría significar, para una empresa, perder completamente su capacidad competitiva. Pocas veces una tecnología resultó tan disruptiva. Adoptarla es, como corresponde, una decisión inteligente.