Cómo estimular al niño para que se vuelva lector

Cuando los niños son pequeños, compartir un cuento leído o narrado debería ser parte de la vida diaria familiar: en la visita al pediatra, en el paseo por el parque, cuando vamos al cine o descansamos por la tarde en casa. Desde ya, el cuento debería tener su lugar a la noche, antes de dormir. ¡Qué mejor manera que terminar un día agitado que acomodarse en la cama o en un sillón a leer junto a nuestros hijos una historia!

El vínculo afectivo entre los chicos y los libros se crea así, a través de momentos compartidos en torno a la lectura, en los cuales la palabra es el vehículo privilegiado para transmitir emociones, sentimientos y para dejar la imaginación fluir. De esta forma, nuestros hijos asociarán la lectura a momentos positivos y aprenderán a descubrir en ella una fuente de compañía, de conocimiento y de inspiración.

Qué acercarles a cada edad

Para poder acertar al acercarle un libro a un niño, hay ciertos aspectos que se pueden tener en cuenta según la etapa de evolución en la que se encuentra el pequeño. Respecto de la edad sugerida que muchos libros tienen, todo dependerá de cuán cerca esté el niño de la lectura: así un libro que se sugiere para 6 años puede ser leído por un preescolar o por un niño de 8 años.

Mira también  Tendencias tecnológicas para la gestión de llamadas

En los primeros dos años los libros son un elemento más a descubrir. Los bebés se valen de todo su cuerpo para conocer, por eso los muerden, los chupan y los tocan. Para esta edad son excelentes los de tela, los de plástico para la hora del baño y los que traigan sonidos o elementos para estimular el tacto.

Entre los 3 y 5 años, los niños empiezan a ver el libro como tal. Entonces, se destacan lo que les ayudan a reconocer el mundo, como los que explican la diferencia entre frío y calor, adentro y afuera. También les atraen los libros que dan datos sobre elementos de la naturaleza como el sol, la luna o los planetas. Son temáticas muy comunes los opuestos y los colores, así como los animales y las formas.

Mira también  9 de cada 10 jóvenes espera permanecer en su trabajo sólo por tres años

Luego, hasta los 7 años, los niños desarrollan a fondo su imaginación, pero siempre dentro de historias que tienen un final feliz. Del mismo modo, cada aventura debe encerrar valores, diferenciar entre el bien y el mal, lo correcto y lo que no. De los 7 a los 9 los niños se valen del por qué para ir entendiendo todo lo que los rodea. En esta etapa todo es blanco o negro: los buenos son muy buenos, los malos muy malos, y todo desprende grandes dosis de imaginación. Aquí tenemos a los primeros lectores: libros recomendados para la iniciación pueden ser Un elefante ocupa mucho espacio (que tiene mucha historia puesto que fue un libro vedado durante los años de la dictadura), o un clásico de María Elena Walsh: Dailan Kifki. Obviamente Julio Verne es un siempre vigente (La vuelta al mundo en 80 días y Veinte mil leguas de viaje submarino).

Las aventuras protagonizan los años de los 10 a los 12. La ciencia ficción y el amor son encarnados por héroes y heroínas. También es una edad apropiada para enfrentarse a los miedos que generan los fantasmas y las brujas. Se puede inaugurar esta etapa con un clásico como El principito de Saint-Exúpery o La isla del tesoro de Roberto L. Stevenson. Tenemos nuestra querida autora Elsa Bornemann con sus 12 cuentos para caerse de miedo: Socorro. O en historietas, Quino con Mafaldaformula preguntas que los acompañarán toda la vida.

Mira también  Las crisis de la vida: Desde el nacimiento hasta los 7 años

Por último iniciamos la etapa que comienza con los 12 años, donde la ciencia ficción y las sagas son figuras repetidas. Así los jóvenes se relacionan con las novelas de misterio, las aventuras cómicas y con protagonistas de su misma edad. Entra en escena el fenómeno creado por J.K. Rowling, Harry Potter, o el éxito desde hace una década Cuando Hitler robó el conejo rosa de Judith Kerr. Tolkien es mucho más que un escritor de culto (El Hobbit y El señor de los anillos). También tenemos títulos clásicos como Mi planta de naranja lima o Los ojos del perro siberiano.

 

Por Agostina Giannelli, de SBS (www.sbs.com.ar)