Gracias al ingenio de un joven descendiente de su fundador, Thomas Bridges, la Estancia Harberton ya se alimenta completamente de electricidad con paneles solares. Se trata de Mathew Lynch, quien estudia Ingeniería en el ITBA de Buenos Aires y se propuso dar un salto tecnológico para dotar al famoso establecimiento rural de energía renovable. Thomas Bridges dejó un enorme legado histórico a Tierra del Fuego. “Mi hijo del medio, Matthew Lynch, estudia Ingeniería Mecánica en el ITBA de Buenos Aires. Hace dos años empezó a averiguar por paneles solares, inversores, baterías, consumos, etc. Estoy tremendamente orgullosa de decir que este muchacho de 23 años es quien logró cambiar parte de la historia de la estancia, instalando 30 paneles solares para alimentar a todo el casco”, elogió la mamá, Abby Goodall.
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“Empezamos dándole la energía solar solo al museo, luego al sector donde viven los guías, para finalmente conectar toda la estancia a las baterías que almacenan la energía producida por el sol” recordó y en ese sentido comentó que “hasta hace un par de días nuestra electricidad era producida por generadores propios, que funcionan a gasoil”.