Modelo Anatómico simbólico

Por Gabriela Binello

Si en la actualidad tuviéramos que elegir en dónde ubicar a la inteli- gencia
humana, seguramente lo primero que vendría a nuestra mente es “en el cerebro”.

Los yogis entendían que los principales canales de circulación de la inteligencia humana (en tanto prāṇa) son los nāḍīs. En particular, uno central (suṣumṇā), que está alineado con el recorrido de la columna vertebral (merudaṇḍa). Los yogis de la antigüedad no nece- sitaban diseccionar el cuerpo físico para comprender el mapa del prāṇa (energía, vitalidad, electricidad, conciencia) del ser humano. Por esta razón, aún cuando hoy encontramos cada vez más resonancia entre los descubrimientos de las neurociencias y la bio-psico-neuro-medicina afi- nes a los que estos yogis vienen diciendo hace al menos dos mil años (por ejemplo, la
confluencia de los cākras con ciertas glándulas del cuer- po; la conexión entre estados emocionales y de conciencia y la química de nuestro cerebro, entre otros), vale aclarar que no es posible trasladar unívocamente un modelo por otro.

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Partiendo de esa base, evitaremos forzar una integración entre dos modelos
disímiles de percepción y cons- trucción del conocimiento (yogis que acceden al conocimiento en ciertos estados de conciencia, por un lado, y discurso racional y científico que nace con la Modernidad, por el otro). El modelo anatómico simbólico se basa especialmente en la circulación del prāṇa en el sistema humano.

Prana en tanto energia vital
El prāṇa es la energía vital, el vehículo o manifestación de la conciencia. Sin
prāṇa no hay inteligencia ni vida en el cuerpo. Independientemente de otros
detalles más sutiles, el prāṇa es muy simple de “ver” en la natu- raleza y las
personas:

  • Un cachorro que vive con exceso de energía y vitalidad, cuando enfer- ma por alguna razón, parece haberse “desinflado”. Su prāṇa se ha retraí- do de partes de su sistema, o se encuentra bloqueado.
  • Una planta cortada sin acceso al agua, a los pocos minutos está mustia. Su prāṇa se ha fugado.
  • Una persona alegre, plena, generosa, contenta con su vida, contagia ga- nas de estar cerca, de “irradiarse” con eso que emana. Su prāṇa fluye en su sistema y esto genera belleza.
  • Por el contrario, una persona rígida, posesiva, demasiado apegada a lo material, desconfiada, miedosa, negativa, excesivamente crítica, bloqueada mental y/o emocionalmente se percibe pesada, densa. Su prāṇa está blo- queado: hay zonas que no se expresan y otras que se expresan en demasía. Todo esto es parte de la lectura del prāṇa que, muchas veces inconsciente- mente, captamos al vincularnos con otros seres y que no siempre atende- mos. No existe “prāṇa bueno” o “prāṇa malo”, oscuro o luminoso, lindo o feo. El prāṇa tiene una
    única cualidad: fluir. Cuando percibimos densidad -en nosotros mismos o en cualquier otro ser- podemos asociar esto a blo- queos, trabas y/o desconexión del prāṇa en nuestro y/o su sistema.

  • Los textos clásicos describen gráficamente a un verdadero yogi cuando su prāṇa está circulando adentro de su cuerpo. Cuando el prāṇa está integrado y circulando por el sistema, todas las funciones orgánicas, todas las funciones del prāṇa ocurren eficientemen- te. Eso es sinónimo de una mente estable y balanceada. Por el contrario, cuando la mente está inestable, el prāṇa “se fuga” del cuerpo humano; se desperdicia como agua por un colador.