Durante la madrugada del martes 1 de julio, personal de la Policía Provincial que realizaba tareas de prevención en la zona de calle Thorne al 1200, en Río Grande, identificó a dos personas que se encontraban en actitud sospechosa. Uno de ellos fue reconocido como Miguel Eduardo López, de 25 años, mientras que el otro resultó ser un menor de edad.
López portaba un reflector con los cables visiblemente cortados y no pudo justificar la tenencia del mismo. Al constatar que el joven cuenta con un dispositivo electrónico de control por una causa de violencia de género, se consultó al Centro de Monitoreo sobre su recorrido reciente. El informe reveló que, antes de ser interceptado, el hombre se había detenido en un descampado sobre calle 9 de Julio, entre Rosales y San Martín.
En ese lugar, personal policial constató la presencia de un poste de luz con los cables dañados, la falta del reflector y una escalera apoyada en otro poste, lo que reforzó las sospechas de hurto.
Frente a esta evidencia, se procedió a la aprehensión de López y a la demora del menor, dando intervención a la Comisaría de Género y Familia por tratarse de un adolescente.
Por orden del Juzgado de Instrucción N.º 1 del Distrito Judicial Norte, se realizó una requisa personal que arrojó resultado positivo: se secuestró un destornillador, un cuchillo tipo Tramontina y una llave francesa que estaban en poder del menor, además del reflector sustraído.
Ambos jóvenes fueron debidamente notificados de sus derechos y garantías. La investigación continúa en curso para determinar su participación en otros hechos similares.
