El Ministerio de Producción y Ambiente de la provincia, en conjunto con el INTA, el Centro de Investigación y Extensión Forestal Andino Patagónico (CIEFAP) y la Universidad Nacional de Tierra del Fuego (UNTDF), continúa desarrollando ensayos para el cultivo de hongos comestibles en troncos de lenga.
Esta iniciativa busca complementar la actividad hortícola con una producción alternativa que aproveche la infraestructura disponible en períodos de menor actividad agrícola. Las gírgolas, en particular, han demostrado un alto potencial productivo y comercial en la región.
Un proyecto con impacto productivo
Los datos obtenidos a lo largo de los ensayos serán recopilados en una guía digital que ofrecerá información clave sobre las condiciones mínimas de infraestructura y tecnología necesarias, así como los costos y la rentabilidad de esta producción. Además, incluirá detalles sobre el cultivo en sustratos como viruta y aserrín de lenga.
En la primera etapa del ensayo, iniciada el año pasado, se inocularon troncos de lenga con micelio y se colocaron en fosas de incubación en instalaciones del INTA y en el emprendimiento local «Techando Vientos». Durante este período, se realizaron controles periódicos para evaluar la colonización del micelio y su velocidad de crecimiento.
Avances y expectativas para la producción
Carolina Hernández, secretaria de Desarrollo Productivo y PyME, destacó los avances logrados en la segunda etapa del ensayo. «Realizamos una actividad de transferencia con quienes participaron en la primera capacitación, junto con integrantes del grupo de hongos del INTA. Se destaparon los troncos incubados, se tomaron medidas y se verificó el crecimiento del micelio. Los resultados fueron muy positivos y estimamos que en marzo será el momento óptimo para iniciar la fructificación», explicó.
El doctor Maximiliano Rugolo, investigador de CIEFAP-CONICET, detalló que este ensayo representa una primera aproximación al cultivo de hongos en troncos de lenga, ya que en la Patagonia suele realizarse con álamos. «Partimos de la base teórica del cultivo en álamo, pero adaptamos el proceso a la lenga. Ha sido una experiencia muy positiva y el siguiente paso será optimizar el proceso productivo para aumentar la escala de producción», señaló.
Además, Rugolo visitó emprendimientos locales dedicados al cultivo de hongos en sustrato, como «Atama Alimentos» y la sala de elaboración asociativa en Río Grande, liderada por el grupo de Cambio Rural bajo la dirección de Mariano Davini del INTA.
Este proyecto no solo representa una oportunidad para diversificar la producción agroalimentaria en Tierra del Fuego, sino que también podría sentar las bases para una industria sostenible de hongos comestibles en la región.