Conectividad: Teléfono para Tierra del Fuego (*)

Desde el fin de semana pasado, en el territorio chileno lindero con la provincia de Santa Cruz y dentro de la Isla Grande de Tierra del Fuego, camioneros oriundos del país vecino se encuentran efectuando un corte de ruta en represalia por las prohibiciones de circulación en la provincia de Neuquén.

Es indudable cómo esta medida de fuerza ha afectado tanto la provisión de productos de consumo, como insumos para las industrias promocionadas.

En este sentido, el gobernador Gustavo Melella se manifestó en relación con el cruce por aguas argentinas y es una buena oportunidad para sacar conclusiones al respecto.

La falta de visión insular y proyección marítima en el inconsciente colectivo fueguino (identidad), sumados al desconocimiento técnico marítimo en general determinan que hoy estemos “aislados”.

¿Aislados? Por el momento. Existe un medio de transporte mundialmente conocido como “marítimo”. Mueve el 90% del comercio mundial, y en términos de comercio exterior argentino transporta a través de la Hidrovía Paraná-Paraguay más del 60%, por ejemplo. Este medio asociado multimodalmente al ferrocarril y al camión da un resultado más sostenible en términos de desarrollo.

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Actualmente, y según datos estadísticos oficiales, ingresan por medio marítimo a través de Ushuaia (único puerto en la Isla Grande), sólo insumos para las industrias promocionadas. De estos insumos, el 75% de los contenedores (TEU) cruzan la Cordillera de los Andes rumbo a la ciudad de Río Grande por la ruta 3. El 100% de los producidos de esta industria en las dos ciudades sale por camión.

Entonces se plantea el interrogante: por qué Río Grande, ciudad industrial de la provincia, que tiene más de 100 mil habitantes y salida directa al mar, no tiene un puerto marítimo para comerciar y abastecerse. La respuesta no existe y no resiste análisis buscar una explicación, simplemente no lo tiene. El beneficio de contar con un puerto en dicha ciudad impactaría directamente en el modo de vida de los habitantes en un amplio sentido.

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Existe un método de transporte denominado Short-sea-shipping el cual transporta camiones y pasajeros entre puertos en distancias donde es rentable para ambos medios de transporte. Esto explicado de una manera muy sencilla al momento de pensar en el desarrollo patagónico es una opción viable.

A dónde apuntan los últimos párrafos, en términos de sustentabilidad, promover un cruce en “balsa” sólo para el Estrecho de Magallanes, para que sigan pasando los camiones y los habitantes en verano no parece rentable para nadie en la cadena de posibles participantes. Tampoco técnicamente posible con embarcaciones de pequeño porte como las utilizadas actualmente en territorio chileno.

Seguir observando la conectividad como si Santa Cruz estuviera del otro lado de la Avenida General Paz (Buenos Aires) es un error, hay que pensar en clave isleña.  Hay que tomar conciencia que vivimos en una isla y que el abastecimiento y productos deben circular por vía marítima en términos sustentables. Hay que construir un nuevo circuito logístico, uno que contemple la Antártida y nuestras islas usurpadas.

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Podemos continuar declamando en nombre de la libertad y la soberanía, o podemos ponernos a trabajar y construir conectividad en modo marítimo, que es el único motor de desarrollo que puede tener una provincia marítima, bicontinental y de concepción isleña.

(*)Lic. Alejandro Vinazza – Docente UTN FRTDF y miembro del Centro de Estudios Logísticos Antártida Argentina (UTNAA).