La Armada Argentina y la Fuerza Aérea desarrollaron un intenso adiestramiento conjunto en distintos puntos de Tierra del Fuego, con el objetivo de mejorar la coordinación operativa en escenarios de clima adverso y geografía compleja.
El entrenamiento incluyó saltos en paracaídas desde un avión Hércules C-130 en el valle de Tierra Mayor, prácticas de tiro y navegación terrestre en Punta Remolinos, además de actividades de esquí alpino y travesía en el cerro Castor.
Participaron efectivos de las Fuerzas de Operaciones Especiales de la Armada —Comandos Anfibios y Buzos Tácticos— junto al Grupo de Operaciones Especiales de la Fuerza Aérea. También se sumaron unidades de la Infantería de Marina y buques del Área Naval Austral, que brindaron apoyo logístico y operativo.
Este tipo de acciones conjuntas refuerzan la capacidad de respuesta de las Fuerzas Armadas en ambientes hostiles, consolidando la preparación ante eventuales misiones en el extremo sur del país.