Siempre se puede contar con alguien – por Lic. Melvin Allen

En ocasiones se nos presentan situaciones que parecen un callejón sin salida, momentos en los que la solución pareciera imposible, quedamos paralizados, perplejos y ante una situación de suma urgencia. Un sujeto en esta situación, puede describirse como alguien al que ya nada le divierte.

En un escenario así, hay algo del orden del deseo que se detiene, caen los proyectos, se pierden las referencias que antes funcionaban como sostén, y por consiguiente el horizonte se torna oscuro. Tal situación puede darse por la pérdida de un trabajo, una persona amada, algo que no sale como esperábamos, etc.

Freud, describe al duelo como un proceso por el cual el aparato psíquico hace un trabajo enorme para dejar ir los objetos de amor que perdimos y así recuperar esa energía para poder usarla en nuevos objetos de amor. Por otra parte, llamó melancolía, cuando el duelo queda cristalizado y sin posibilidades de modificación. Poéticamente dice: “La sombra del objeto ha caído sobre el Yo”. Esa energía ya no está disponible, quedó atada a eso perdido, con sentimientos de culpa y autorreproches. De esa manera se puede pensar que alguien haya tomado la determinación de no continuar con su vida. Si bien, cada caso es singular, esta es una buena descripción de alguien melancólico. Pero no siempre es alguien asì el que toma esta determinación, sino gente que desde afuera se ve “alegre”, pero esto es para abordar en otro momento.

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Hay situaciones que pueden ser vividas con mucho dolor. Sin embargo, hay personas que salen de situaciones traumáticas con mayor fortaleza que antes. A este concepto se le llama resiliencia, cada uno ve su propia resiliencia, cuando ya pasó por un hecho doloroso y se recuperó. En criollo sería “con el diario del lunes” es decir, con el resultado puesto. El pasado se resignifica constantemente y a veces, cuando repasamos nuestra propia historia nos avergonzamos que nos hayamos hecho problema en un momento por cuestiones, que vistas hoy, no son nada graves.

Los factores que ayudan a afrontar estas situaciones, son primordialmente los psíquicos de cada uno y también, pero no menos importantes, son las redes con las que se cuenta, es decir aquellas personas que están dispuestas a escucharnos y que son significativas para nosotros. Más allá de eso, muchas muchas veces necesitamos de alguien que nos dé una mano. Un familiar, un amigo, un profesional de la Salud, una iglesia, un conocido o alguien atento al prójimo y aunque en ciertas situaciones parece que estamos solos, siempre hay alguien que nos puede sostener, hasta que podamos volver a levantarnos.

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Lic. Melvin Allen

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