Misiones y la belleza de Iguazú

En idioma guaraní, el término Iguazú se traduce como Aguas grandes. Fueron descubiertas por los exploradores europeos en el año 1541, por el adelantado Alvar Núñez Cabeza de Vaca. En 1984, la UNESCO las declaró como patrimonio natural de la humanidad y en 2011 un certamen internacional nominó a las Cataratas del Iguazú como una de las 7 Maravillas Naturales del Mundo.

Una vez que llegues te vas a topar con más de 270 saltos a lo largo de los acantilados e islotes, repartidos en la media luna que forma este accidente geográfico.

Desde el Centro de Visitantes, los senderos pueden recorrerse a pie o puede optarse por un pintoresco trencito a combustión de gas. Básicamente, se pueden apreciar las Cataratas del Iguazú a través de dos circuitos: uno inferior y otro superior.

Por el Circuito Inferior se llega a la base de los saltos, y la fuerza del agua transformada en rocío o vapor termina mojando a los concurrentes. Pero la experiencia es única y vale la pena animarse a la aventura. También desde este circuito se puede tomar un bote con destino a la isla San Martín.

En el Circuito Superior, el paseo es más sedentario. Vistas panorámicas desde las pasarelas y los miradores hacen de la estadía una experiencia inolvidable.
Durante tu estadía podés conocer los siguientes saltos: Salto Floriano, Salto Deodoro, Salto Benjamín Constant, Salto Unión, Salto Escondido, Salto Mitre, Salto Belgrano, Salto Rivadavia, Salto Tres Mosqueteros, Salto Dos Mosqueteros, Salto San Martín, Salto Adán y Eva, Salto Bozzetti, Salto Ramirez, Salto Chico, Salto Dos Hermanos y Salto Alvar Nuñez entre otros.

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Dentro del recorrido, saliendo de la estación Cataratas, llegas a la pasarela que atraviesa el río superior. Luego de caminar por ella estás al borde del balcón de la Garganta del Diablo, el salto de agua más grande de todos. La sensación de imponencia es incomparable, y debes sacar millones de fotografías de este rincón nunca lograremos expresar con imágenes lo vivido en este lugar. El caudal es tan grande y su densidad tan vertiginosa, que uno se siente vulnerable frente a este particular escenario.

Aventura salvaje

Dentro de los atractivos del Parque Nacional Iguazú, y para quienes disfrutan del turismo aventura, se puede acceder a una serie de recorridos un poco más activos.

Más allá de los saltos y cascadas ya mencionadas, la selva que contiene a las Cataratas de Iguazú propone varias alternativas. Un entorno más húmedo y un poco más fresco hace que sea propicio para el desarrollo y crecimiento de una amplia variedad de flora y fauna. El equilibrio natural hace que haya una alta cantidad de alimentos, y en consecuencia la fauna es también muy variada. Casi 500 especies de aves, alrededor de 80 de mamíferos, una gran variedad de reptiles, peces, insectos y mariposas habitan este ecosistema.

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A pocos metros del centro de investigaciones se encuentra el Sendero MACUCO, sendero peatonal que atraviesa la selva espesa, de unos 3 kilómetros de largo con diversos grados de dificultad. La caminata se puede hacer en forma particular y demanda unas 2 horas. Al final del sendero está el mítico salto arrechea.

Si sos valiente podés ir en 4×4 descapotable, recorriendo 8 kilómetros dentro de la selva, para llegar a orillas del río inferior.

Gomones semirígidos con potentes motores fuera de borda nos estarán esperando para remontar el río. Sorteando los rápidos llegas al pie de los saltos y de esta forma tenes el ansiado bautismo en las Cataratas del Iguazú.

Monumento Natural Yaguareté

Sin embargo, es una de las especies en peligro de extinción más amenazadas a nivel nacional. Por esta razón fue declarado Monumento Natural, para resguardar su ambiente natural y perseguir su caza furtiva, los principales factores que atentan contra su conservación.

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Su distribución natural se extendía desde el sudoeste de los Estados Unidos hasta las orillas del río Negro en la Argentina. Hoy en día, sólo se lo puede encontrar en la mitad boreal de la provincia de Misiones, en el norte y este de Salta, este de Jujuy, noreste de Santiago del Estero, noroeste del Chaco y noroeste de Formosa.

De contextura similar al leopardo africano, posee un pelaje con rosetas oscuras que operan como camuflaje para ocultarse en la vegetación y acechar a sus presas. Ágil cazador, puede nadar o caminar grandes distancias en un corto tiempo persiguiendo a corzuelas, pecaríes, jóvenes tapires y pacas, aunque también puede alimentarse de lagartos y serpientes, pequeños roedores y hasta aves menores.

Puede capturar monos y pescar en ríos y arroyos, los cursos de agua que especialmente frecuenta para protegerse del calor y de los insectos. Además, atrapa peces, tortugas y yacarés.

Al yaguareté nada parece detenerlo, ni siquiera las fuertes corrientes del río Iguazú o del Paraná. Se adapta con facilidad, ventaja que le permite vivir tanto en sabanas abiertas como en densas zonas selváticas, regiones anegadas y hasta desérticas.