Consumo de antibióticos: una amenaza para la salud mundial

    Un reciente informe advierte que el uso de estos medicamentos podría aumentar hasta un 200% para 2030, lo cual supone que se agravará el problema de su falta de eficacia. Reclaman estrategias para reducir las cifras a nivel internacional pero sin dejar de garantizar el acceso a los países de bajos recursos.

    La resistencia a los antibióticos, es decir la capacidad que tienen los microbios de evolucionar y hacer frente a los efectos de estos medicamentos, es en la actualidad una causa importante de enfermedad y mortalidad a nivel mundial. Y la primera causa que conduce a esta resistencia es precisamente el consumo de antibióticos.­

    Ante la falta de datos globales de vigilancia del uso de antibióticos y la amenaza que representa el incremento indiscriminado de su consumo, un equipo de investigadores del Centro para la Dinámica de Enfermedades, Economía y Política (CDDEP, por sus siglas en inglés), con sede en Washington, llevó adelante un estudio que buscó documentar las tendencias actuales en ese sentido.­

    El trabajo, que utilizó las cifras de ventas en farmacias de esta clase de fármacos, incluyó información de 76 países entre 2000 y 2015.­

    Según los autores del estudio, publicado en la revista PNAS, «el conocimiento de los patrones de consumo de antibióticos podría orientar las políticas destinadas a minimizar su resistencia».­

    La evaluación más completa de las cifras mundiales hasta la fecha revela que las dosis diarias definidas (DDD) -una medida estándar para el consumo de antibióticos- aumentaron en un 65%, de 21.100 millones a 34.800 millones de DDD. A su vez, la tasa de consumo de antibióticos se incrementó en un 39%, de 11,3 a 15,7 DDD por 1.000 habitantes.­

    PRONOSTICO­

    Los expertos también proyectaron el consumo mundial total de antibióticos hasta 2030. Según los autores, de continuar las tendencias actuales, se prevé que su uso aumente para entonces hasta en un 200%.­

    «Cuando la resistencia a los antibióticos emerge en un lugar, se propaga rápidamente a otras partes del mundo», afirma Ramanan Laxminarayan, director del CDDEP y autor principal del estudio. ­

    «De ahí que el informe advierta sobre la necesidad de una vigilancia mundial coherente de la resistencia y las políticas para reducir su uso innecesario».­

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    Para los investigadores, aunque resulta crítico reducir el consumo de antibióticos, también es necesario promover e incrementar su acceso en países de bajos ingresos, ya que estos territorios padecen las tasas más altas de enfermedad y muerte causadas por enfermedades infecciosas.­

    EL ACCESO­

    El aumento de antibióticos se asoció con el crecimiento del PBI per cápita en países de ingresos bajos y medianos, donde el consumo aumentó en 114%, de 11.400 millones a 24.500 millones de DDD, y la tasa de consumo aumentó en 77%, de 7,6 a 13,5 DDD por 1.000 habitantes por día (parte del aumento del uso total se debió al crecimiento económico y de la población).­

    Algunos países de ingresos bajos y medianos tenían tasas de consumo que superaban las de los estados de altos ingresos. Así, en 2015 cuatro de los seis estados con las tasas de consumo más altas fueron los países de ingresos bajos y medianos: Turquía, Túnez, Argelia y Rumania.­

    Sin embargo, muchos todavía tienen tasas de consumo per cápita considerablemente más bajas que los países de altos ingresos, debido a problemas de acceso como el alto costo de los medicamentos y las protecciones de patentes.­

    Por su parte, en los países de altos ingresos si bien el empleo de antibióticos aumentó en un 6%, de 9.700 millones a 10.300 millones de DDD, la tasa de consumo disminuyó en un 4%, de 26,8 a 25,7 DDD por cada 1.000 habitantes al día.­

    La tasa de consumo de penicilinas de amplio espectro, la clase de antibióticos más comúnmente consumida, subió un 36% entre 2000 y 2015 en el mundo. El mayor aumento se produjo en los países de ingresos bajos y medios, donde la tasa de consumo de antibióticos aumentó un 56%, en comparación con el 15% en los países de altos ingresos.­

    En tanto, el consumo de clases de antibióticos nuevos y de último recurso, como linezolid, carbapenémicos y colistina, aumentó significativamente en casi todos los países, lo cual según destacaron los investigadores representa una cuestión de gran preocupación.­

    «La reducción del consumo global de antibióticos debe ser un objetivo crucial para disminuir la amenaza que implica la resistencia a estos fármacos, pero estos esfuerzos deben equilibrarse con las limitaciones en el acceso en aquellos países de bajos y medianos recursos y tener en cuenta, además, los patrones de resistencia no solo global sino también local», enfatizaron.­

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    ENTENDER EL PROBLEMA­

    La resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias mutan en respuesta al uso de estos fármacos. Son las bacterias, y no los seres humanos ni los animales, las que se vuelven resistentes a los antibióticos, subraya la Organización Mundial de la Salud (OMS).­

    Estas bacterias fármacorresistentes pueden causar infecciones en el ser humano y en los animales y esas infecciones son más difíciles de tratar que las no resistentes.­

    «La resistencia a los antibióticos hace que se incrementen los costos médicos, que se prolonguen las estancias hospitalarias y que aumente la mortalidad», agrega la OMS.­

    En ese sentido, la entidad sanitaria internacional hace hincapié en que es necesario que se cambie urgentemente la forma de prescribir y utilizar los antibióticos. «Aunque se desarrollen nuevos medicamentos, si no se modifican los comportamientos actuales, la resistencia a los antibióticos seguirá representando una grave amenaza. Los cambios de comportamiento también deben incluir medidas destinadas a reducir la propagación de las infecciones, a través de la vacunación, el lavado de las manos, la seguridad de las relaciones sexuales y una buena higiene alimentaria», remarca.­

    IMPACTO­

    La resistencia a los antibióticos está aumentando en todo el mundo a niveles peligrosos. Día tras día están apareciendo y propagándose en todo el planeta nuevos mecanismos de resistencia que ponen en peligro nuestra capacidad para tratar las enfermedades infecciosas comunes. «Un creciente número de infecciones, como la neumonía, la tuberculosis, la septicemia, la gonorrea o las enfermedades de transmisión alimentaria, son cada vez más difíciles -y a veces imposibles- de tratar, a medida que los antibióticos van perdiendo eficacia», señala la OMS.­

    Allí donde los antibióticos se pueden adquirir sin receta médica para uso humano o veterinario, la aparición y propagación de la fármacorresistencia empeora, añade la institución mundial. «En los países que carecen de directrices terapéuticas normalizadas, el personal sanitario y veterinario tiene tendencia a prescribirlos -y la población general a consumirlos- en exceso», grafica.­

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    «Si no se toman medidas urgentes, el mundo está abocado a una era post-antibióticos en la que muchas infecciones comunes y lesiones menores volverán a ser potencialmente mortales», advierte.­

    COMO PREVENIRLA­

    La resistencia a los antibióticos se acelera con el uso indebido y abusivo de estos fármacos y con las deficiencias de la prevención y control de las infecciones. Se pueden adoptar medidas en todos los niveles de la sociedad para reducir el impacto de este fenómeno y limitar su propagación.­

    Para prevenir y controlar la propagación de la resistencia a los antibióticos, la OMS indica que la población general puede:­

    * Tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario certificado.­

    * No pedir antibióticos si los profesionales sanitarios dicen que no son necesarios.­

    * Seguir siempre las instrucciones de los profesionales sanitarios con respecto al uso de los antibióticos.­

    * No utilizar los antibióticos que le hayan sobrado a otros.­

    * Prevenir las infecciones lavándose frecuentemente las manos, preparando los alimentos en condiciones higiénicas, evitando el contacto cercano con enfermos, adoptando medidas de protección en las relaciones sexuales y manteniendo las vacunaciones al día.­

    * Preparar los alimentos en condiciones higiénicas tomando como modelo las cinco claves para la inocuidad de los alimentos de la OMS (mantener la limpieza; separar alimentos crudos y cocinados; cocinar completamente; mantener los alimentos a temperaturas seguras; y usar agua y materias primas inocuas), así como elegir alimentos para cuya producción no se hayan utilizado antibióticos con el fin de estimular el crecimiento ni de prevenir enfermedades en animales sanos.­

    FUTURO­

    Cuando ya no se pueden tratar las infecciones con los antibióticos de primera línea es necesario emplear fármacos más caros. «La mayor duración de la enfermedad y del tratamiento, a menudo en el medio hospitalario, incrementa los costos de la atención sanitaria y la carga económica para las familias y la sociedad», analiza la OMS.­

    Asimismo, pone de manifiesto que la resistencia a los antibióticos está poniendo en riesgo los logros de la medicina moderna. «Si no disponemos de antibióticos eficaces para prevenir y tratar las infecciones, los trasplantes de órganos, la quimioterapia y las intervenciones quirúrgicas se volverán más peligrosas», finaliza.­