El próximo 26 de octubre, los argentinos y argentinas acudirán a las urnas para elegir representantes en la Cámara de Diputados y en el Senado de la Nación, en un hecho histórico: por primera vez se utilizará el sistema de Boleta Única de Papel (BUP) en elecciones nacionales.
Un cambio en el modo de votar
A diferencia del sistema tradicional, donde cada partido imprimía y repartía sus propias boletas, ahora todo estará concentrado en una sola papeleta. Allí figuran todas las fuerzas políticas, sus candidatos y las distintas categorías a elegir.
El votante recibirá de parte del presidente de mesa una boleta firmada y un bolígrafo, ingresará al box y marcará con una cruz la opción elegida. Luego deberá doblarla siguiendo las indicaciones impresas en el reverso y depositarla en la urna.
Claves a tener en cuenta
Es obligatorio presentar el DNI.
Se puede llevar lapicera propia para hacer la marca.
En cada categoría (Diputados y Senadores) solo se puede marcar una opción. Si se eligen dos, el voto queda anulado.
Si no se marca ninguna opción, ese tramo se contabiliza como voto en blanco.
Solo el presidente de mesa manipula la boleta antes de entregarla, lo que refuerza la transparencia del proceso.
Beneficios y desafíos
La implementación de la BUP busca reducir gastos, evitar la manipulación de boletas y dar mayor transparencia al acto electoral. Sin embargo, especialistas advierten que algunos electores —en especial adultos mayores o personas con dificultades visuales— podrían necesitar más tiempo para familiarizarse con el formato.
Una elección distinta
Con la Boleta Única de Papel, el electorado vivirá una experiencia nueva que marcará un antes y un después en la historia democrática del país. Para quienes votan por primera vez, la recomendación es sencilla: llegar informados, revisar previamente las candidaturas y tomarse el tiempo necesario en el cuarto oscuro.