Se reaviva caso por abuso en la Armada

Una mujer de 28 años fue abusada por su superior en el interior de la Base Naval Ushuaia. La joven fue despedida por sus denuncias y relató el calvario que sufrió.


En Ushuaia, más precisamente, en el interior de la base de la Armada Argentina, una mujer de 28 años fue abusada por su superior. Si bien los ataques empezaron en el 2013, el caso siempre se manejó con sumo hermetismo. Es más, la joven fue despedida de la fuerza por sus denuncias. Pero esta semana la causa salió del estado de reserva y la luz de la justicia empieza a encenderse.

Lucía es el nombre irreal que eligió para contar su historia, para contar que dentro de la Armada Argentina fue abusada por un superior. Ella, con 25 años, estudiaba para ser marinera. Él, doble de edad y suboficial principal. Primero fueron persecuciones, invitaciones. Luego la encerró en un cuarto y comenzó a tocarla. Era 2015 y hacía dos años que sufría ataques por parte de ese hombre, al que se animó a denunciar penalmente. Sin embargo, primeramente recibió una cachetada desde la Justicia: la despidieron de la institución militar.

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En 2011, con 23 años, ingresó a la Armada. Era camarera. Estudiaba marinería. Hasta 2013 la Base Naval Ushuaia era un lugar armonioso, que se convirtió en el infierno mismo a partir de ese año, cuando llegó, según la denunciante, “el suboficial principal que abusó de mí”. Al principio su trato era cordial. Pero con el correr del tiempo ella se dio cuenta que detrás de esa máscara se escondía otra clase de persona. “Tenía una obsesión conmigo”, apunta. A los pocos meses la invitó a salir para caminar por Playa Larga, un descampado en cercanías de la base. Ella se negó. “Me daba trabajos pesados. Me hizo la vida imposible”.

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Así fue como siguió todo por esa simple negación. El panorama no era nada alentador para Lucía ya que “estos casos quedan en secreto. Para las Fuerzas Armadas es algo normal hacer un favor sexual para crecer”.

Despedida sin motivo

Todo se agravó cuando “me encerró en un cuarto y me empezó a tocar”. Nuevamente se negó, lo que le costó la expulsión de la Armada el 31 de diciembre de 2014. “Yo tenía que volver porque necesitaba tener trabajo y la obra social que me permita viajar a Capital Federal para atender a mi hijo en el Garrahan”, señaló ante “Crónica”. Es así que, tras un largo periplo, volvió el 18 de agosto del año pasado. “Dieron lugar a un recurso de amparo y me tomaron de nuevo, aunque esta vez como agente civil”, añadió.

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Pero cuando la novela parece que termina, el guionista agrega un capítulo más. Y es así que al retornar a la base austral se topó, nuevamente, con este sujeto. “Volvieron los acosos. Me decía que tengo que estar con él para mejorar mi condición social y económica”, dijo Lucía. Este episodio nuevo (y viejo, a la vez) ocasionó en la joven una crisis nerviosa, por lo que está actualmente está con licencia psicológica. Licencia que no le impide buscar que “actos así no queden impunes ni guardados en la institución”.

En esa línea, el pasado lunes la causa salió de la reserva, por lo que la Justicia nuevamente está investigando. “Vamos a presentar nuevas pruebas y a esperar que actúen”, cerró.

Por Luciano Bugner
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