Vacaciones: cuáles son las posibilidades de vacacionar de un joven con discapacidad mental

La socialización es un proceso entre el sujeto y sus semejantes mediante el cual y a través del mismo, se van inculcando y transmitiendo aquellas pautas de comportamiento, normas y valores que conforman una realidad social. Estas permiten que cada sujeto pueda desarrollar sus sentidos, habilidades y potenciales permitiendo así la construcción de la subjetividad.

Para ello, cada sujeto se encuentra atravesado por diferentes agentes sociales que comienzan a intervenir en el proceso de socialización.

El primero de ellos que determina y marca la posibilidad de socialización se encuentra representado por la familia. Esta modalidad de socialización llamada primaria es la primera que atraviesa el individuo y, depende de ésta, tanto su desarrollo como la capacidad de aprendizaje; finalizando cuando el individuo se convierte en adulto.

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En cambio, la socialización secundaria supone que el mundo familiar no es el único. Comienza así, la internacionalización de contrastes entre las realidades aprendidas en la infancia que se tienen de base y las realidades o ambientes externos.

Aparecen así nuevos escenarios por fuera de lo familiar, ya sean la escuela, el grupo de pares, la instituciones, los clubes barriales, espacios de entretenimiento, entre otros, donde se comparten e intercambian entre pares intereses y valores.

De este modo, el desarrollo de la subjetividad y la sociedad suponen una ligazón inseparable entre sí e irreductible.

Por ello, cuando se piensa en el ámbito de jóvenes con discapacidad, todos aquellos espacios que favorezcan la creación de lazos sociales, la posibilidad de desarrollar sus potencialidades y de construir espacios recreativos contribuye al proceso de socialización.

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Para lograr esto, es fundamental que el sujeto haya podido adquirir dentro del ámbito familiar esas herramientas que ayudan a desarrollar su autonomía, confianza y potencial.

Cuando se piensa en planificar vacaciones con jóvenes con discapacidad, es importante que podamos escuchar cuales son los intereses y deseos de los jóvenes y acompañemos desde la supervisión, confianza y apoyo a la hora de planificarlas.

Supone un rol activo en conjunto donde se tengan en cuenta sus deseos y se trabaje mutuamente para acompañar a llevarlos a cabo fomentando así la autonomía desde una supervisión donde cuenten con referentes para poder sentirse confiados y seguros.

Este lugar activo al que la discapacidad nos convoca, permite reestablecer también nuevas significaciones sociales de inclusión, un “para todos” dentro del colectivo social.

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En el caso de la Fundación Río Pinturas, entre las diversas actividades que se llevan a cabo, existe un programa llamado Vacaciones Entre Amigos.

Este proyecto apunta a que los concurrentes durante el verano se encuentren en un espacio diferente al que se encuentran en el día a día. Consiste en tres días de vacaciones, coordinadas por personal especializado, donde disfrutan junto a sus pares logrando así en actividades tales como pernoctada, recreativas entre otras, apuntar a fomentar el desarrollo de la autodeterminación.
Por María Angélica Campero, psicóloga de la Fundación Río Pintura (www.riopinturas.org.ar)