Era el comienzo del nuevo milenio y la compañía estadounidense Warner Bros. Entertainment Inc. quería lanzar al mercado un nuevo producto cinematográfico novedoso y atractivo. Habían seguido durante un tiempo los continuos lanzamientos de los libros de la saga Harry Potter y decidieron que harían una película.
El primer libro de la saga fue Harry Potter y la piedra filosofal y por lo tanto sería también la primera película de la serie cinematográfica. Originalmente la autora Joanne Rowling tenía dudas acerca de vender los derechos para la adaptación porque no quería que se perdiera la magia de sus libros. Una de las condiciones que puso para el rodaje fue que todos los actores debían ser Británicos o Irlandeses. Otra cosa que quería fue que Terry Gilliam dirigiera la película, pero Warner terminó optando por Chris Columbus, lo que resultó ser un acierto ya que, años después, el propio Gilliam reconoció que se sentía aliviado por no haber sido elegido.
Lo primero que debieron hacer antes de comenzar a grabar, fue buscar el elenco adecuado, que con el paso de los años se volvería icónico. Lo más extraño es que el protagonista, Daniel Radcliffe, no buscaba interpretar a Harry Potter, ni a ningún otro personaje; ya que su fichaje lo tomó totalmente por sorpresa. Cuenta que había ido con su padre al teatro una tarde y coincidieron con el productor David Heyman y con el guionista Steve Kloves, sentados a su lado. Heyman comenta: «Me di cuenta de que este chico tenía algo muy especial, tenía las cualidades que estábamos buscando».
La segunda revelación en el fichaje del elenco fue Rupert Grint, que sí quiso ser Ron porque era un gran fanático del mundo mágico de Harry Potter, creado por J. K. Rowling. En el momento de la audición para el papel no contaba con mucha experiencia en actuación, pero se atrevió a hacerlo y lo consiguió. Envió un video con una representación junto a su profesora de teatro, un discurso en el que explicaba por qué sería el Ron perfecto y un rap muy cómico.
Por el contrario de los otros dos coprotagonistas hombres, Emma Watson —que interpretaría a Hermione, la estrella femenina de la saga— era mucho más dedicada y perfeccionista, de acuerdo con su personaje. El director, Columbus, cuenta una anécdota que refleja esto específicamente. Dice que le pidió a los tres chicos que escribieran un breve ensayo en el que explicaran por qué eran los indicados para interpretar a sus personajes y cómo podían internalizarse con ellos. Radcliffe escribió una hoja, Grint ninguna y Emma Watson, dieciséis.
De ahí en más, el resto es por demás conocido. Las películas alcanzaron una gran aceptación por parte del público y la crítica y difundieron aún más el éxito de los libros.
