Conoce la historia de estos apasionados de la montaña que ponen en riesgo su vida a cambio de vivir las mejores experiencias.
Temperaturas bajo cero, suelos inseguros, nieve virgen y tres amigos que son, además, parte del Team Quiksilver. Iñaki Odriozola y los hermanos Natalucci planean detalladamente la logística para subir a la montaña más complicada y solitaria para “rayarla”. Estos riders aseguran que la pasión no se negocia ni se explica, solo se vive; y ellos son el ejemplo perfecto.
Esta vez el Quiksilver Freeride Tour se dio en Las Leñas, específicamente en el Cerro Martín. Allí, luego de tomar una aerosilla y caminar durante 40 minutos arriba de nieve en polvo, se llega al preciado objetivo. Solo los valientes se animan a desafiar a la naturaleza y practicar su pasión en esa locación: una ladera con una pendiente de hasta 50º, piedras gigantes, nieve por doquier y una historia triste detrás, el nombre del cerro –Martín-, es por un niño que falleció allí.
Días atrás, tres deportistas argentinos se animaron a desafiar los pronósticos de la montaña más temida. Iñaki Odriozola y los hermanos Fernando y Nicolás Natalucci, son apasionados del snowboard y se guían sólo por la adrenalina. Estos jóvenes de 20, 33 y 28 años respectivamente, vivieron una semana en lugares inexplorados, con el objetivo de desafiarse a ellos mismos. Aun cuando uno de ellos, Nicolás, casi queda paralítico tras un accidente en Austria, nada los detiene cuando se trata de esquivar piedras de más de 15 metros de altura a una velocidad de 50 km.
Iñaki, la gran promesa argentina, parece flotar en la nieve. Verlo andar es una obra de arte, un mix entre estilo y velocidad que cualquier deportista le gustaría tener, no solo por la técnica sino porque llega a una máxima de 90 km/hr luego de 3 meses de inactividad luego de una lesión en el húmero en un torneo en Suiza.
Estos jóvenes que nos representan disfrutan de la montaña y de la naturaleza de una manera distinta, poniendo varias veces en peligro su vida. Pero los une la pasión por este deporte, que contagia las ganas de subirse a una tabla y flotar en la nieve.
