Su historia es muy especial. Le entregaron el documento nacional de identidad argentino este año. Su caso es un mojón que deja en claro que los nacidos en las islas Malvinas, son argentinos.
La historia de Jamie Falkland Anderson no es fácil, ni sencilla. Tiene costados oscuros y cosas sin resolver, algo que incluye una situación irregular que dse ha dado con su propia hija.
Este hombre nació hace 43 años en Dunbar, una isla ubicada al noroeste del archipiélago de las Malvinas, y hace poco comenzó a hacerse conocido por una denuncia muy especial.
Su caso mereció la participación de la embajada argentina en Londres y la Cancillería argentina: el 3 de julio de 2017 consiguió el DNI argentino, y desde entonces es otro de los isleños (kelpers) que reconoce -de hecho- la jurisdicción argentina sobre las islas cuya soberanía se disputa con el Reino Unido.
Jamie está en pareja desde 2014 con Lindsey Trevaskis y viven juntos en Gales, desde donde denuncian que la hija de la mujer le fue sustraída injustamente por el servicio social de las islas cuando tenía 11 años de edad -hoy la chica tiene 15- y que desde ese instante reclaman sin que nadie escuche sus reclamos. Su pedido también llegó al Gobierno argentino, al que han solicitado que su hija también tenga su DNI argentino por haber nacido en las Malvinas.
“Anderson tramitó y obtuvo su DNI en el consulado en Londres porque nació en la Argentina y reside en Gales. Los trámites de documentación de la hija de su pareja, que habría nacido en Malvinas, están siendo realizados en la Argentina porque la chica nació y reside en territorio argentino donde el consulado en Londres no tiene competencia.», dijo una fuente consular en la sede diplomática en Londres, que conduce el embajador Renato Carlos Sersale.
Cuando dice que la chica es argentina, eso hace una clara alusión a que todos los que nacieron en las Malvinas tienen por ley el derecho a obtener su documento nacional de identidad.
La historia de este malvinense, es sin lugar a dudas un caso que sentará precedentes y deja la puerta abierta a una polémica con la que-definitivamente- el Reino Unido no estará nada cómodo a futuro.
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