Cada vez más personas lo eligen por su sabor, su color vibrante y, sobre todo, por sus múltiples beneficios para la salud. El té de hibisco, también conocido como flor de Jamaica, se impone como una alternativa natural para hidratarse y proteger el corazón.
Se trata de una bebida sin cafeína, rica en antioxidantes y minerales como potasio, calcio y magnesio. Estos componentes ayudan a mantener el equilibrio del cuerpo, sobre todo en épocas de calor o durante el ejercicio físico.
Pero uno de los aspectos más destacados del hibisco es su efecto sobre la presión arterial. Distintos estudios médicos han demostrado que su consumo regular puede colaborar en la reducción de la hipertensión, gracias a sus compuestos activos como las antocianinas. Además, contribuye a reducir el colesterol “malo” y tiene propiedades antiinflamatorias.
El té puede prepararse caliente o frío, y combinarse con frutas, limón o menta. Es ideal para reemplazar bebidas azucaradas o gaseosas.
Sin embargo, no todo el mundo puede consumirlo sin precauciones. Personas con presión baja, embarazadas o quienes toman medicamentos como anticoagulantes o diuréticos deben consultar con un profesional de la salud antes de incorporarlo a su dieta diaria.
En resumen, el té de hibisco es mucho más que una moda: es una bebida ancestral que hoy vuelve con fuerza, como opción saludable, refrescante y con poderosos efectos sobre el bienestar general.