En pleno receso invernal, volar desde Tierra del Fuego u otras provincias del sur del país se volvió una odisea económica. En algunas rutas, el precio por tramo supera los 774 mil pesos, lo que representa un duro golpe al bolsillo de las familias que habían planeado viajar en estas vacaciones.
Durante los últimos días, se detectaron tarifas exorbitantes para vuelos internos, como también para conexiones hacia destinos turísticos tradicionales. Este fenómeno no solo responde al aumento estacional por alta demanda, sino también al sistema de tarifas dinámicas que aplican las aerolíneas, donde el precio puede multiplicarse de un día para otro según la demanda, disponibilidad y proximidad a la fecha del vuelo.
A modo de ejemplo, algunos pasajes desde Ushuaia o Río Grande hacia Buenos Aires, o viceversa, llegaron a ofrecerse en plataformas como Aerolíneas Argentinas o Flybondi por valores cercanos a los 700 mil pesos por tramo, sin incluir equipaje o servicios adicionales.
Expertos en turismo advierten que esta situación no es nueva, pero sí se intensificó en el actual contexto inflacionario y de menor oferta aérea. “Los vuelos se llenan rápido y el sistema automáticamente sube el precio de los pocos asientos restantes. La anticipación es clave, pero muchos no tienen margen para comprar con tanta antelación”, señaló una fuente del sector.
Frente a este escenario, los usuarios recurren a herramientas como buscadores de vuelos con alerta de precios, simulación de búsquedas en modo incógnito o incluso el uso de VPN para tratar de conseguir mejores tarifas.
Aunque viajar en avión sigue siendo el medio más rápido para cubrir largas distancias en Argentina, su costo lo convierte cada vez más en un privilegio para pocos. Las vacaciones, al menos para muchos, quedarán más cerca del deseo que de la realidad.