La situación en los cuarteles de Bomberos Voluntarios de nuestra ciudad se torna cada vez más insostenible. Desde hace cinco meses, los cuarteleros —quienes se desempeñan como monotributistas facturando por servicios prestados— vienen cobrando con demoras. Es decir, el pago llega, pero siempre después del 10 de cada mes, lo que genera vencimientos de cuentas y serias dificultades económicas para quienes cumplen esta tarea esencial.
Este mes, sin embargo, la situación se agravó: aún no se realizó el pago correspondiente, convirtiéndolo en el único mes con deuda efectiva hasta la fecha. No se trata de una demora acumulada de cinco meses, sino de un patrón sostenido de atrasos mensuales que ahora directamente se convirtió en incumplimiento.
Ante este panorama, la tensión crece dentro del cuerpo activo. Según pudo saberse, los cuarteleros están evaluando una medida drástica: bajar todos los camiones a la base central ubicada en Perón y Libertad, retirándolos de los destacamentos de los barrios Austral, CH 2 y CH11. Esto implicaría reducir el servicio en esos sectores al mínimo indispensable, lo que pone en jaque la seguridad de miles de vecinos.
La falta de respuestas concretas por parte de las autoridades agrava aún más el malestar. “Trabajamos con vocación, pero también con necesidades”, confió uno de los cuarteleros afectados.
Desde la comunidad se espera una pronta solución y el respeto a quienes, incluso sin certezas ni condiciones dignas, siguen siendo los primeros en llegar cuando suena la alarma.
